El aloe vera se conoce también como sábila. Su principal componente es la aloína, sustancia usada como laxante por la industria farmacéutica. Existen varios tipos de aloe, sin embargo, el aloe vera es el más reconocido por tener propiedades medicinales y curativas. Dentro de sus propiedades, podemos enumerar las siguientes:
- Contrarresta la proliferación de bacterias dérmicas.
- Disuelve los depósitos grasos que regularmente obstruyen a los poros de la piel
- Regula el pH de la piel, renovándola.
- Es un excelente cicatrizante.
- Anti-inflamatorio y analgésico, por lo que tiene beneficios en el sistema óseo y muscular.
- Excelente para usos en el cabello, fortaleciéndolo.
- Estimulante biogénico (estimula las funciones básicas del organismo) que activa la circulación y la renovación celular.
- Buen filtro solar, calmando la piel después de la exposición al sol.
- Penetra en las tres capas de la piel, restaurando el tejido a profundidad.
- Por su alto contenido de ácido fólico, magnesio y vitamina E, regula el movimiento cardíaco, previniendo problemas del corazón.
- Es un aliado del sistema hepatobiliar, depurando toxinas del organismo y purifica la sangre.
- Debido a su acción incidente en el hígado, promueve la producción de insulina en el organismo.
- Tiene efecto broncodilatador.
- Regula la cantidad de bacterias en el tracto intestinal.
- Es un agente alcalinizador, regulando el pH de los jugos gástricos, por lo que es un excelente paliativo y regenerador de la membrana estomacal interna, ayudando a las personas con problemas de gastritis y reflujo.
El aloe vera constituye pues, una fuente de bienestar cuyos beneficios son innumerables. Basta decir que, al consumirla, estamos regalando salud y belleza a nuestro organismo. Indudablemente el bienestar interno de nuestro cuerpo se refleja al exterior y luciremos sanos y radiantes. Podemos consumirla directamente embotellada o bien cultivándola nosotros mismos.
¿Qué esperas para hacerla parte de tu rutina de belleza?
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